Estamos ante una de sus obras más originales y divertidas de Eduardo Mendoza -Premio Cervantes 2016-,
Pomponio Flato, viaja en busca de unas aguas curativas de las que ha tenido noticia y, casualmente, llega a Nazaret. Si a esto añadimos que la acción se desarrolla en el siglo I de nuestra Era, y que entre los personajes hay un carpintero y el hijo de éste, la historia no puede ser más disparatada y entretenida, pasando por el terreno de lo absurdo.
Recomendable cien por cien.
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