Kenneth Grahame, escritor británico nacido a mediados del siglo XIX, publicó El viento en los sauces -The wind in the willows en 1908, a principios del siglo XX. Desde entonces, el libro ha sido una referencia constante en la literatura infantil, tanto en su lengua original, inglés, como en las múltiples traducciones que ha tenido la obra.
Grahame escribió esta obra, protagonizada por animales, para su hijo. La novela -un ejemplo de prosa poética-, es un canto a la amistad, a la sencillez de la vida. Los animales habitan en un bosque en el que la calma y el sosiego rigen sus días. Pero, en el bosque viven también quienes se dejan llevar por la vanidad. Así, el libro compone una hábil metáfora didáctica, una clase pedagógica sobre cómo imbuir en los niños el sentido de la responsabilidad, la bondad, el interés por conocer la parte positiva y agradable de las otras personas y ayudar, cuando nos necesitan.
Una novela, un cuento, una lección sobre la vida contada para niños, que también los adultos podemos tomar como referente. Un clásico y, por ello, un indispensable.
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